El derrumbe del sistema soviético
Los problemas del modelo económico soviético
La crisis económica de los años 70 va a poner de manifiesto la debilidad económica de la Unión Soviética. Los enormes gastos militares, el sobre stock de armamentos, reflejo de la superioridad e importancia que había alcanzado la industria armamentista, el aislamiento económico y la crisis del modelo de producción basado en la industria pesada, hacían imposible mejorar o al menos mantener las condiciones de vida de su población y su rol como gran potencia mundial.
El modelo económico de la Unión Soviética comenzó a mostrar muchos problemas. No se producían bienes de consumo y alimentos suficientes para satisfacer las necesidades de la población. El gobierno soviético tenía que importarlos.
La industria soviética estaba cada vez más retrasada en lo tecnológico, lo que implicaba que fuera poco competitiva a nivel internacional, en especial respecto de la estadounidense. La URSS estaba también perdiendo terreno en la carrera armamentista.
Como la Unión Soviética era productora, el aumento del precio del petróleo en 1973, le brindó inesperadas ganancias. Esto le permitió satisfacer las necesidades de su población (importando cada vez más productos básicos), sin verse obligada a modernizar su producción. Sin embargo, ello no significó la solución de sus problemas profundos.
Los enormes gastos militares que implicaba la carrera armamentista con Estados Unidos, y la crisis cada vez más evidente de su modelo económico, debilitaron su papel como gran potencia. Además, los países sometidos al dominio soviético, con problemas similares a los de la Unión Soviética, y aún más graves, expresaron su deseo de independencia y su intención de introducir cambios en su sistema político y económico. De esta manera, el bloque oriental inició un proceso de reclamos y reformas.
Las reformas de Gorbachov
“[...] En esta situación de gran debilidad interna y externa, un reformista, Mijail Gorbachov, fue designado jefe de Estado de la Unión Soviética en 1985. Gorbachov inició un proceso de reformas conocido como “perestroika” (restructuración), definida según sus propias palabras como “una vuelta a Lenin, un recuperar el aliento democrático del partido y todo el dinamismo económico de la revolución”. Su objetivo era liberalizar el rígido sistema económico de planificación centralizada, para modernizar y aumentar la producción y mejorar el nivel de vida de la población. También pretendía reformar la administración para disminuir la burocracia.
Pero estas transformaciones requerían un cambio profundo en la costosa política exterior. [...] En 1987, Gorbachov firmó con el presidente estadounidense el Tratado de Washington, por el cual los dos grandes se comprometían por primera vez a reducir el armamento.”
Tobío, Pipkin y Scaltritti, Sociedad, Espacio, Cultura. Siglo XX: la Argentina en América y el mundo. Buenos Aires, Kapelusz, 1998, pp. 166-167.
La situación económica en la Unión Soviética
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