Las reformas iniciadas por Gorbachov tuvieron profundas consecuencias en todo el mundo y, en especial, en los países de Europa Oriental. Los húngaros, polacos, checos, entre otros, que estaban sometidos a las decisiones de la Unión Soviética, comenzaron a exigir una mayor independencia, reformas económicas y democracia política. En mayo de 1989, el gobierno de Hungría, un país del bloque oriental, abrió las fronteras que lo separan de Austria, un país del bloque occidental. Esto constituía un hecho histórico, ya que desde la formación de los bloques de la guerra fría tras la segunda guerra mundial, no estaba permitido –salvo permisos excepcionales– el tránsito entre la Europa Occidental y la Oriental. Desde entonces, con una rapidez que asombró a todo el mundo, todas las fronteras fueron abiertas. En noviembre de 1989, miles de eufóricos alemanes, orientales y occidentales, derribaron el muro que dividía la ciudad de Berlín con la aprobación de sus respectivos gobiernos. ...